MT: ¿Cómo te gustaría presentarte?
M: Soy Mariana Simon, fundadora de Athina Solutions, empresa dedicada a la transformación de las personas a través del conocimiento.
Creo que la TI nos aporta muchísimo en cualquier contexto, pero también creo que hay otras tecnologías que es necesario conocer y aprender a utilizar: la tecnología del pensamiento, del relato, de la planificación y de la acción.
MT: ¿Cuál es tu experiencia en el mercado IT?
M: Este 2020 cumplo 20 años en la industria, y estoy enormemente agradecida por haber podido siempre tener posiciones de liderazgo en cada compañía que trabajé: PyMEs locales, empresas regionales y multinacionales con presencia en todo el mundo.
Aprender de múltiples culturas y mercados, a la vez de desafiarme para comprender diferentes formas de pensar (tanto de las empresas con las que trabajé como de los clientes que conocí) me han hecho crecer de una manera exponencial.
MT: ¿Hace cuánto tiempo que implementaste la modalidad home office?
M: Vengo trabajando en modalidad remota desde mis tiempos en Microsoft, es decir, desde hace 10 años. La realidad es que como viajaba bastante, era necesario contar con herramientas que me permitieran trabajar desde cualquier lugar y en cualquier horario.
Recién desde hace 3 años comencé a trabajar 100% en modalidad home office. La verdad es que la evolución de las apps y herramientas para comunicarte de manera ágil ha sido enorme.
MT: ¿Cómo lográs balancear la vida profesional con la personal?
M: Hay un factor clave en el tema del balance que es el de la responsabilidad.
Justamente la responsabilidad de cada uno de nosotros va a depender de los acuerdos que tengamos con la organización con la que trabajamos, de los pactos de convivencia en el hogar, y de la negociación que hagamos con nosotros mismos.
En mi caso, siempre trabajé por objetivos y plazos máximos para completar cada tarea, ya fueran temas laborales, del hogar, de estudio o de lo que surgiera.
Es necesario lograr un muy buen manejo de la agenda a la vez de definir qué es productividad para cada uno y cuánto tiempo demoramos en realizar cada tarea u objetivo.
Yo tuve la oportunidad de disponer de muchos años para aprender en qué horario me resulta más cómodo hacer determinadas cosas: cuándo contesto los correos, en qué momento me dedico a estudiar, cuándo realizo las tareas domésticas, cuándo hago ejercicio, cuándo tengo conferencias telefónicas, etc.
Es un ejercicio de prueba y error hasta que se alcanza el equilibrio deseado.
MT: ¿Qué consejos o tips le darías a las mujeres que están empezando con el teletrabajo a raíz de la pandemia que afecta mundialmente?
M: Es súper importante darse el espacio para pensar y experimentar.
Recién una vez que una está consciente que está inmersa en un proceso de aprendizaje (y que el error es parte de ese proceso), es que se puede llegar a acuerdos con los jefes, buscando que entiendan que uno hará el mejor esfuerzo posible pero que también necesitarán mayor flexibilidad por parte de ellos, con apoyo y guía constantes.
También es clave para las personas con quienes una convive (si es que una convive con alguien) plantear un escenario parecido, pero generando un apoyo mutuo y recíproco.
Para las mujeres que son madres y/o deben cuidar a sus padres hay factores que pueden ser más estresantes que para alguien que no convive con esa situación.
Mi recomendación es siempre darse el permiso a equivocarse pero con la responsabilidad de generar un aprendizaje en el proceso y buscar que el otro acompañe aparte de ser más equitativos en la cantidad de tareas y obligaciones.
MT: ¿Creés que esta experiencia puede resultar positiva para visibilizar lo complejo que resulta para muchas mujeres armonizar trabajo y vida personal bajo el mismo techo?
M: Cada “Cisne Negro” que aparece en nuestras vidas es una oportunidad para generar un cambio. O te expandís o te contraés. Mi deseo es que acepten este cambio como un regalo para poder volver a mezclar las cartas, dar de nuevo y seguir creciendo.
MT: ¿Cómo te gustaría cerrar la entrevista?
M: Dejando un mensaje positivo sobre esta coyuntura: es una oportunidad de cambio y de generar nuevas formas de trabajo que estén más equilibradas con quienes somos y lo que deseamos hacer.
Se puede y no es una utopía poder trabajar menos horas y hacerlo mejor.
Existen programas y técnicas para vivir nuestra vida en total armonía con nuestros sueños. Y, a pesar del miedo que puede generar este cambio, solo debemos recordad que, en realidad, este miedo solo está reflejando el límite entre lo que conocemos y lo que no. Dar el paso hacia la zona desconocida es lo que nos hace crecer.
Y como dice mi mentora, también con pequeños pasos de bebé se logra hacer la cumbre del Everest!!
Del equipo de redacción de “Mujer TIC”